2.3. Hipnosis Ericksoniana

Para nuestro cerebro arcaico, Real, Virtual, Imaginario y Simbólico es lo mismo, ya que no es capaz de distinguir entre estas opciones. Una serpiente o una araña que aparezcan en un documental de televisión pueden producir una alta intensidad de miedo o asco en aquellas personas que los tengan hacia estos animales. Y en cambio, la serpiente no está allí; en realidad, una serpiente en una pantalla de televisión no representa un peligro para nuestra vida. Pero el mecanismo del miedo o del asco se activa igual, a pesar de que la imagen no sea real, sinó virtual.
¿Quién no ha llorado viendo una película triste?
¿Has tenido nunca taquicardia viendo una película de acción y persecución, en la que el protagonista está a punto de ser capturado?
 

EXPERIENCIA:

Te propongo realizar esta pequeña experiencia: prueba ahora mismo a imaginarte un limón, con su color amarillo característico; imagina que tocas su piel rugosa y fresca y que la hueles. Imagina que tomas un cuchillo y que abres el limón por la mitad y ves como resbalan unas pequeñas gotas de zumno de un tono amarillo más pálido, un zumo que tú conoces bien. Y ahora te quedas contemplando el interior de una de las dos mitades del limón, con sus gajos segados por la mitad, que ya van secretando este jugo ácido, maravilloso, que es el zumo de limón. Imagina que te acercas a la cara esta mitad del limón, por la cual ya se deslizan algunas gotas y que puedes sentir su olor, este aroma ácido y fresco característico del limón. Y vamos a ir un paso más allá y te vas a imaginar que te acercas el limón, muy despacio, hasta tus labios, sólo para tocarlo un poco con la punta de tu lengua y poder sentir aquel escalofrío característico que se produce en contacto con su jugo.
¿Has notado si ha aumentado tu secreción de saliva durante el ejercicio? 
Posiblemente sí. A la mayoría os habrá pasado. Y no hay ningún limón a la vista. No existe ningún limón, ni tan sólo virtual. Era un limón imaginario el que ha desencadenado una reacción física en tu cuerpo, en este caso una mayor secreción de saliva.
Aprovechando esta característica de nuestro cerebro, la Hipnosis Ericksoniana nos permite modificar recuerdos y percepciones, por medio de estados inducidos de relajación. Se trata de aprovechar esta particularidad del cerebro a favor nuestro, ya sea para la sanación de algún aspecto personal, como para generar posibilidades futuras en nosotros. Podemos hacer que nuestro cerebro viva un éxito, incluso antes de que éste sea real; de esta forma, aprende que puede triunfar en este tipo de situaciones. También podemos modificar recuerdos dolorosos, a fin de tener un álbum de recuerdos sanos. También podemos jugar con las metáforas, a fin de conseguir que nuestro cerebro entienda aquello que quizás no podría entender de ninguna otra manera.
La Hipnosis Ericksoniana es una forma de comunicación muy efectiva con nuestro cerebro arcaico, ya que tenemos constancia de que la comunicación se produce. Y lo sabemos porque podemos observar las respuestas biológicas en nuestro cuerpo.